De tiendas on-line hay muchos tipos y muy variados pero, por lo general, todas se basan en un esquema similar, al fin y al cabo, tienen que ser prácticas y funcionales para el usuario.

Por ello casi  todas se rigen por un mismo patrón, con variantes, pero siguendo una lógica. Al entrar en la web de una tienda veremos en la página de inicio un menú con sub-menús desplegables, mostrándonos todas las categorías y sub-categorías de los productos que se ofertan, además de otro tipos de información variada. Lo más probable es que este se nos muestre en forma de lista con todos los productos que tengan el atributo en oferta activado. El cliente en esta pantalla inicial puede seleccionar un grupo de productos, seleccionar un solo producto, ver la cesta de la compra o ir a la pantalla login; esos conceptos son básicos en una tienda virtual.

La barra de menú o, en su defecto, en la pantalla donde este aparezca, muestra una lista con las secciones a encontrar y, si pinchamos en una de ellas, aparecerá una pantalla, llamada de grupo, con los nombres de todos los productos de dicha sección. A esta pantalla se tiene acceso desde la pantalla inicial por norma general. Ahí el cliente puede seleccionar un producto e ir a la pantalla que muestra a este en particular, o bien volver a la pantalla inicial. En la web se nos debería ofrecer la opción de mostrar en la misma pantalla o en una aparte, todas las características del producto, desde números identificativos, de registro, hasta caracerísticas físcias como material, medidas, etc. En este punto, viendo el producto que hemos seleccionado y sus características, el usuario ha de poder volver a la pantalla inicial o añadir dicho producto a la cesta y proseguir con la compra.