En el mundo del hosting hay una verdad inminente,  es más fácil entrar a este negocio que a cualquier otro.

Este fenómeno ocurre debido a que las grandes empresas de hosting ofrecen a precios relativamente económicos  alojamiento web para revender,  esto  hace que  con una inversión mínima puedas iniciar tu  propio negocio de hosting.

Es importante remarcar que aunque bien ser revendedor de hosting suena sencillo, realmente el alojamiento web  es un servicio que no duerme y no tiene días de descanso,  ya que una página web puede ser desde tan solo un folleto de presentación online, hasta el principal sustento de un comerciante. Por eso al revender hosting debes  asegurarte de que tu proveedor tenga un servicio de soporte  técnico  especializado  y bien capacitado.

Por supuesto un proveedor  en la contratación no dejará salir sus defectos al principio, sin embargo es muy importante que estés al pendiente de la señales que pueden demostrarte, cuando un proveedor de hosting  no va a exceder tus expectativas.

• Primero asegúrate de que tu proveedor  tenga un lugar físico  y un teléfono con el cual puedas estar en contacto directo con él.
•  Pon atención a la forma de atención de sus empleados, y  haz una llamada de prueba a su servicio de soporte técnico y  evalúa la atención que te proporcionan.
• Mide cuanto tiempo se tardan en contestarte un correo electrónico. El promedio en una buena atención es de 30 minutos a 1 hora.
• Puedes revisar si sus servidores están sobre saturados en el panel de control.
• Si tienes pensado  instalar WordPress o Jomla en las páginas web que venderás, asegúrate que este sea compatible con cualquiera de estas plataformas.
• Pide que te proporcionen su portafolio  de paginas hospedadas y asesoría del funcionamiento del panel de control.
• Siempre lee  los términos y condiciones.
• Busca en google comentarios de la empresa  y reseñas.
• Fallas o dificultades con el alojamiento con los scripts, internet, etc.. pueden ocurrir, en este caso lo más importante es que tan rápido solucionan el problema