Sabemos que en un principio, hacer cualquier gestión por Internet nos daba miedo debido a la desconfianza ante lo nuevo, este sentimiento lo hemos arrastrado los usuarios durante muchos años aún y demostrándonos los cambios producidos en este ámbito, por ello una web cuanto más segura sea genera más confianza en los visitantes.

Los certificados SSL lo que hacen es generarte una firma digital para la web con la que los usuarios pueden comprobar la autenticidad de esta. El certificado engloba la seguridad en base a la protección de datos y verifica que su contenido es de fiar y apto para el uso que se le va a dar.

El riesgo que corremos al no contratar un certificado SSL o otro que sea válido, a parte de a nivel seguridad, radica en nuestro tráfico y clientes ya que, cuando no disponemos de él el navegador automáticamente lo identifica como algo poco fiable y hace que aparezca un mensaje un poco violento donde se especifica que se tenga cuidado al entrar en dicha web ya que puede no ser un sitio seguro. Este mensaje, además de que te impide el paso directo al contenido, nos genera una desconfianza de la que, el 90% de los usuarios hacen que retrocedan, buscando otra página de la competencia y que les cree más seguridad. El otro 10% entrarán con dudas seguramente y, si hay algún apartado en el que se requieran los datos personales de la persona seguramente no lo rellenará.

Por esto es imprescindible estar cubierto en este aspecto ya no solo por nuestra web en si, sino por la imagen de esta y la seguridad de nuestros clientes.